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Sobre drogas
Este material te puede interesar. Es una aplicación sobre drogas.
Consejos para la evaluación
Evaluación
La evaluación es un momento destacado del proceso de aprendizaje-enseñanza del alumnado.
Adaptación de la evaluación.
Los/las profesores/as disponemos de la libertad de adaptar el sistema de evaluación a nuestros/as alumnos/as. Esto se hace especialmente importante en el caso de los/las alumnos/as con dificultades.
Modos de adaptar la evaluación
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No hacer exámenes, del tipo que sean.
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Evaluar el trabajo continuo (actividades, proyectos, fichas de clase) y la participación proactiva.
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Hacer exámenes:
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Informar de la prueba con la antelación suficiente (para permitir la organización y el estudio del/ de la alumno/a).
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Hacer exámenes orales (se transcribe o se graba lo que dice el/la alumno/a)..
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Aprovechar los silencios del momento del examen escrito para guiar la realización de dicho examen en algunos/as alumnos/as..
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Hacer exámenes escritos físicamente al lado del alumno/a. Ayudarle a leer los enunciados, cerciorarse de que sabe qué tiene que responder, no dejar que pase a otro ejercicio hasta que acabe uno, animarle, etc
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Leer (según en qué casos) en voz alta los enunciados (sin que el alumno pierda la autonomía)..
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Realizar el examen individualmente (en la medida de lo posible y con los recursos materiales disponibles; vg. en otra aula).
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Dejar más tiempo para acabar el examen (en la medida de lo posible y con los recursos materiales disponibles) o fraccionarlo.
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Hacer exámenes-controles, mucho más breves pero más frecuentes..
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Adaptar el examen:
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Hacer un examen más corto. Menos cantidad de preguntas sobre el mismo concepto o el mismo procedimiento, etc.
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Hacer preguntas semicerradas (donde solo haya que responder con una palabra o una frase corta).
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Hacer preguntas tipo test. Se facilita el reconocimiento de la información..
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Escribir enunciados con verbo. Si ponemos, por ejemplo, “5. El clima mediterráneo”, el/la alumno/a no tiene por qué saber qué es lo que tiene que hacer: vomitar el contenido, hacer un esquema, dibujarlo, etc.
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Pedir acciones muy precisas, con verbos precisos (por ejemplo, “enumera”, “cita”, “subraya”, etc.) y NO del tipo “di todo lo que sepas sobre…”.
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Hacer enunciados con una sola orden cada vez sobre lo que tienen que hacer.
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Marcar gráficamente o seleccionar con colores la orden o concepto clave del enunciado.
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Poner cada pregunta en una hoja o en media.
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Escribir las preguntas solo en una carilla (anverso, no reverso) de la hoja.
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Poner letra más grande..
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Dejar más espacio entre las líneas y para contestar..
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Reducir el peso en puntos (porcentaje) de una determinada destreza lingüística (vg. la expresión escrita) en la medida de la dificultad del/de la alumno/a.
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Se recuerda al profesorado la necesidad -con el fin de mejorar la autonomía y la competencia estratégica del alumnado- de especificar en el examen escrito los puntos que vale cada pregunta.
Estas medidas no son disyuntivas, es decir, pueden aplicarse varias a la vez: parte del examen oral, parte por escrito y, a su vez -por ejemplo-, dentro del escrito, utilizar varias de las posibles adaptaciones antes indicadas.
Como conclusión, desde cada una de las asignaturas y desde la Tutoría, se aconseja trabajar el sentido de la “justicia” de estas medidas. En educación, justicia no es lo mismo para todos, sino a cada uno lo que le corresponde (caso extremo: a un niño mudo no le puedo pedir que haga una exposición oral; del mismo modo, los/las alumnos/as deben entender que, en algunos casos, habrá diferencias en la manera de demostrar lo que saben sobre una materia y, si hay que trabajarlo en tutoría, se trabaja).